lunes, 12 de octubre de 2015

¿ EMPEÑO LA REINA ISABEL SUS JOYAS PARA EL DESCUBRIMIENTO DE AMERICA?

En no pocas ocasiones, hemos leído u oído que la Reina Isabel la Católica, empeñó sus alhajas para proveer de fondos a Cristóbal Colón, en su expedición que culminó con el descubrimiento de América, aunque no fuera esa su intención original ya que su propósito era ir a las indias, pero esta afirmación no tiene base real, ya que sus joyas estaban empeñadas con anterioridad precisamente en la ciudad de Valéncia. Había sucedido en septiembre de 1.489, cuando el Consejo de la ciudad de Valencia, deliberó sobre las dos cartas recibidas de doña Isabel en castellano y de don Fernando en valenciano, solicitando un préstamo para activar el sitio de Baza, importando la suma de 29.000 florines, dando como garantía un collar de rubíes y perlas –propiedad de la reina- y el importe de ciertos tributos. Los Jurados de la ciudad acordaron prestar 20.000 florines con la garantía del collar y otros 5.000 florines con la garantía de los tributos, que se les asemejaba que estos no bastaban para garantizar los 9.000 florines pedidos. Pero más adelante en la segunda quincena de diciembre del mismo año, Luis de Santángel había intervenido, como procurador de los Reyes cerca del Consejo de València para conseguir un préstamo de 35.000 florines, destinados también a los gastos de Baza, dando en prenda “una rica corona d’or guarnida ab robins, diamants e perles”. Que por cierto necesitando la Reina dicha joya para una solemnidad, se la dejaron los magistrados de la ciudad para el evento, aunque podían haberlo negado alegando las concretas condiciones del préstamo.
Ahora bien, sí que consta, y así lo escribe Esteban de Garibay en 1.571, en su Compendio historial de las Crónicas y Universales Historias de todos los Reinos de España, que “los conciertos se hicieron en la ciudad de Santa Fé, y el privilegio de la merced en la de Granada, en treinta de abril, día lunes, y hallándose los reyes en necesidad de dineros para ésta empresa, prestóles dieciséis mil ducados Luis de Santángel, su escribano de raciones.” Cuando habla de conciertos se refiere a las condiciones pactadas entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón, acuerdos estando presentes Juan de Coloma, fundador de noble familia valenciana, y el mismo Luis de Santángel, redactando las bases del acuerdo el citado Juan de Coloma, secretario del rey aragonés. En el mismo sentido, Martín de Viciana en su Crónica de València, escribió: “Y como mosén Luis de Santángel, escribano de ración del Rey, caballero de ésta ciudad de València, sintiese la necesidad que los reyes tenían entonces de dinero, prometió de servirles, prestándoles dieciséis mil ducados porque Sus Majestades no perdiesen la buena razón de Colón y los aprovechamientos que a los reyes esperaban que del negocio se seguiría. Los Reyes aceptaron el servicio de su fiel criado, y se lo mucho agradecieron.”
Hay también constancia en un  libro de cuentas conservado en el Archivo de Simancas, que Santángel de acuerdo con Francisco Pinelo, ambos tesoreros de la Santa Hermandad, entregó a determinada persona un millón ciento cuarenta mil maravedís, para la empresa de Colón. Y en otro libro de cuentas custodiado en el mismo Archivo figura un libramiento de un millón ciento cuarenta mil maravedís a fin de reintegrar a Luis de Santángel lo que prestó “para la paga de las carabelas que sus Altezas mandaron ir de avanzada a las Indias e para pagar a Cristóbal Colón que va en la dicha armada”.
Después de estos datos tan concluyentes a nadie ha de extrañar que la primera persona a quien el descubridor dio cuenta del descubrimiento fuera precisamente a Luis de Santángel, a quién dirigió una extensa carta, terminada “en la carabela, sobre la isla de Canaria, a 15 de febrero de 1.493”.
Como colofón hay que decir que las joyas empeñadas a la Ciudad de València continuaron en la misma situación incluso después de fallecida la reina doña Isabel.

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