jueves, 10 de septiembre de 2015

LA HISTORIA DE LA OREJA DE JENKINS



Robert Jenkins era un pirata y contrabandista inglés que, como muchos otros delincuentes de la primera mitad del siglo XVIII, acostumbraba a actuar sin tapujos a lo largo y ancho de las posesiones españolas en el mar Caribe, llevando a cabo toda suerte de robos y asaltos a nuestros navíos, ciudades y puertos.

En una ocasión, mientras Jenkins surcaba las costas españolas de Florida al mando de su navío “Rebecca”, en busca de un nuevo barco indefenso que asaltar o de un nuevo puerto de mar español al que entrar a robar, su barco fue detenido por el buque “La Isabela”, comandado por el Capitán de Guardacostas español Juan León Fandiño, quien como es natural le abordó inmediatamente procediendo a un consecuente interrogatorio sobre sus intenciones en aquellas costas.



Dado que Jenkins era un viejo conocido de la guardia costera española, habiendo sido previamente apresado e identificado en diversas ocasiones, el Capitán español no tardó en concluir que el pirata inglés perseguía otra de sus conocidas “hazañas”. Por este motivo, y para escarmentar al pirata y dar ejemplo a sus iguales, el español cortó la oreja del inglés al tiempo que le decía: “Vuelve a Inglaterra y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.


“Desde la salida del sol hasta el ocaso”. Armas españolas de Felipe V.

Pasado un tiempo tras aquel episodio, el contrabandista volvió a su país y compareció ante la Cámara de los Comunes británica mostrando su oreja conservada en un frasco de alcohol, al tiempo que narraba con todo lujo de detalles lo que le habían hecho y dicho los españoles, algo que representó la gota que colmó el vaso de la ira antiespañola que impulsó finalmente al Primer Ministro inglés Walpole a declararle la guerra al Reino de España, el día 23 de Octubre de 1739.

Tras esta declaración de guerra, se sucedieron durante 9 largos años (de 1739 a 1748), distintas batallas y asaltos a sitios españoles, entre los que cabe destacar los de La Guaira en Venezuela, Puerto Bello en Panamá (cuya victoria se “vendió” en Inglaterra como una heroicidad pero que verdaderamente fue la toma de una plaza indefensa), San Lorenzo el Real de Chagres en Panamá o Cartagena de Indias en la actual Colombia (batalla en la que me detendré en un posterior artículo y que supuso la gran derrota final de Inglaterra a manos del Teniente General de la Armada Española Don Blas de Lezo y Olavarrieta).


La guerra de la Oreja de Jenkins, conocida en España como guerra del Asiento, fue una verdadera guerra moderna tanto por su extensión territorial como por el tamaño de las fuerzas y efectivos desplegados en aquellos largos años de combate. Representó finalmente el episodio histórico que prolongó durante varias décadas el predominio del Imperio Español en América, supuso una de las mayores humillaciones de Inglaterra en su historia naval y militar, y es sin duda uno de los grandes ejemplos históricos en los que los españoles de todos los tiempos debemos fijarnos para saber cómo debemos comportarnos ante la adversidad. Y para defender bien a nuestra Patria.

FUENTE: laorejadejenkins.es

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