domingo, 22 de noviembre de 2015

CASTRO MENDEZ NUÑEZ: EL HEROE DEL CALLAO



Castro Méndez Núñez nació, en Vigo, el 1 de Julio de 1824, fue un marino español de larguísimo historial pese a morir a los 45 años, el 21 de Agosto de 1869, en Pontevedra. Está enterrado en el Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando (Cádiz).

Méndez Núñez pertenecía a una familia gallega con gran tradición militar. Con 16 años ingresó como guardiamarina en la compañía del Ferrol, embarcando ese mismo año en el bergantín Nervión en calidad de tal.

Dos años después, como guardiamarina, embarcó para la Isla de Fernando Poo (Guinea Ecuatorial, antigua posesión española en el golfo de Guinea, en África). A raíz de este viaje, y por los meritos contraídos en él, es ascendido a Alférez de Navío a la edad de 16 años sin llegar a cumplir la permanencia reglamentada en el empleo anterior.

Posteriormente, en el bergantín Volador fue instructor de guardiamarinas.

Los disturbios producidos en Italia para su reunificación y transformación en la Italia actual, había derivado en el despojo del Papa de los bienes temporales (Los llamados Estados Pontificios).

A finales de 1848, los revolucionarios italianos entran en Roma y ponen sitio al Vaticano. El gobierno pontificio de la ciudad es sustituido por un triunvirato y una Asamblea Constituyente.

La guardia del Papa, escasa y decorativa, no puede oponerse a los alborotadores por lo que éste llama al embajador de España. El diplomático le aconseja salir de Roma y acogerse a Gaeta, puerto del Reino de Nápoles más cercano a Roma.

El Gobierno Español decidió la formación de una expedición de en apoyo al Papa Pio IX formada por una escuadra, entre la que se encontraba el navío donde estaba embarcado nuestro héroe, y 5.000 hombres al mando de Fernando Fernández de Córdova que se puso en marcha en Junio del año 1849.

A su vuelta, ya como Teniente de Navío, siguió navegando en otros buques bajo su mando entre los que se encontraban el vapor de ruedas Narváez, la corbeta Berenguela y la urca La Niña. Entre 1850 y 1852 fue auxiliar de secretaría del Ministerio de Marina.

Destinado a Filipinas tuvo notorias victorias contra los piratas que pululaban por el archipiélago.

Ascendido a Capitán de Fragata, se le dio el mando de la goleta Constancia y de todas las fuerzas sutiles del Sur del Archipiélago

Informado de que el Rajá de Buayán, en Mindanao, se había hecho fuerte en la fortaleza de Pagalungán, a orillas del Rio Grande, decidió atacarla.

Después de varios días de combate y sin poder tomarla, resolvió dar un golpe audaz y tratar de tomarla al abordaje como si la fortaleza fuer aun navío en pleno mar. Para ello, después de sondar la zona próxima al lugar elegido, lanzo su goleta contra la fortaleza, embarranco su nave en el fango y logro que sus tropas entraran por una tronera al fuerte enemigo. Este hecho le valió ser ascendido a Capitán de Navío en 1862.

Vuelto a la Península, mandó el vapor Isabel II con el que realizó brillantes acciones en Puerto Cabello y en Puerto Plata.

Después, al mando de la fragata Princesa de Asturias participó en el bloqueo de Manzanillo y Montecristi. Paso a mandar la fragata blindada Numancia, el mejor buque de la Armada, que debía dirigirse al Pacifico. El éxito en el paso del estrecho de Magallanes le valió su ascenso a Brigadier de la Armada en 1865.

En 1862 había salido de Cádiz una expedición científica formada por dos fragatas y dos goletas al mando del contralmirante Luis Hernández Pinzón con el cometido específico de exhibir la potencia naval española en las costas del Pacifico Suramericano. Un año después la flota llegó a Perú, al puerto de El Callao.

En un ambiente tenso, la escuadra española abandona El Callao y se dirige a las Islas Chincha, principal centro de producción de guano del Perú, la toma en nombre de España y bloquea el puerto de Lima.

El gobierno Peruano se asusta y pide firmar un tratado al tiempo que intenta proveerse de barcos y armas en Europa.

España manda tres barcos más, entre ellos la Numancia al mando de Casto, y sustituye al contralmirante Pinzón por el vicealmirante Pareja.

Los chilenos se sienten amenazados y declaran la guerra a España, posteriormente también declaran la guerra Perú, Ecuador y Bolivia. Es diciembre de 1865 y ha estallado la guerra entre España y Sudamérica.

El vicealmirante Pareja es un buen marino, nacido en el Perú, pero no tiene fuerzas suficientes a su mando para bloquear simultáneamente los puertos de El Callao (Perú) y Valparaíso (Chile).

Sus barcos son mejores que los enemigos hasta que estos empiezan a recibir acorazados comprados en Europa.

Envía la goleta Covadonga, averiada e inofensiva, al puerto de Conquimbo, en Chile, donde es capturada por el enemigo.

Desesperado el vicealmirante Pareja se suicida y es nombrado nuevo jefe el almirante Casto Méndez Núñez. Tenía 42 años.

Méndez Núñez trata de recuperar la Covadonga, pero no tiene éxito por lo que se sitúa frente al puerto Valparaíso y da un ultimátum a las autoridades chilenas: o devuelven la goleta o él bombardeará la ciudad.

En Valparaíso había dos escuadras extranjeras, una británica y otra norteamericana, que le amenazan con intervenir si bombardea la ciudad.

Desde Madrid, el ministro de Marina le instó a actuar contundentemente y él respondió, en el famoso telegrama del día 24 de Marzo de 1866, de ésta manera:

“Si desgraciadamente no consigue una paz honrosa para España, cumpliré las ordenes de VE destruyendo la ciudad de Valparaíso, aunque sea necesario para ello combatir antes con las escuadras inglesa y americana, allí reunidas, y la de Su Majestad se hundirá en esta agua antes de volver a España deshonrada, cumpliendo así lo que Su Majestad, su Gobierno y el País desean, esto es: Primero honra sin Marina, que Marina sin honra”

Cuando los norteamericanos redoblaron sus advertencias, Méndez Núñez volvió a contestar que “más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, añadiendo que, si los norteamericanos y británicos intervinieran, serían atacados también.

Después de conceder cuatro días para que la población evacuara la ciudad, el 31 de Marzo de 1866 comenzó el bombardeo. Las flotas inglesa y americana no intervinieron.

La acción fue muy criticada internacionalmente acusando a los españoles de haber atacado un puerto sin defensas militares.

Ante éstas críticas, Méndez Núñez decidió atacar el muy fortificado puerto peruano de El Callao.

El 2 de Mayo, después de un preaviso para evacuar la población, comenzó un bombardeo intenso entre ambos bandos que duro seis horas.

Los barcos españoles sufrieron serios daños, el propio Casto fue herido, pero las defensas peruanas quedaron desmanteladas por completo.

Sobre las cinco de la tarde, Méndez Núñez ordenó finalizar el ataque, dando orden “de que se suba la gente a las jarcias y se den los tres vivas de ordenanza antes de retirarse”. Consideró que había cumplido su propósito destrozando El Callao

En 1871 se firmó en Washington el armisticio entre España y los países sudamericanos implicados.

Méndez Núñez volvió a España dando la vuelta al mundo con la Numancia, nunca antes un acorazado había hecho semejante gesta.

Estaba muy maltrecho de resulta de las heridas del combate de El Callao, por lo que rehusó ser nombrado teniente general, muriendo poco después en su pazo de Pontevedra

FUENTE: eldiariodepozuelo.com

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