domingo, 5 de junio de 2016

EL EXPLORADOR PEDRO ORDOÑEZ DE CEBALLOS



Militar, viajero que dio la vuelta al mundo, sacerdote, evangelizador y escritor. Tales serían las credenciales que presentaría el curriculum vitae de Ordóñez de Ceballos. De su vida casi todo lo que sabemos procede de su libro autobiográfico Viaje del mundo (1614), en el que la ausencia casi absoluta de fechas constituye un serio obstáculo para situar cronológicamente sus hitos biográficos. También contiene información muy valiosa la breve semblanza que compuso su amigo Jiménez Patón en la Historia de Jaén (1628), así como las dedicatorias de Ordóñez de Ceballos en algunas de las comedias basadas en sus vivencias por el mundo. Hijo de un regidor de Jaén, donde nace a mediados del siglo XVI, tuvo por maestro a Juan de Icíar. A los nueve años se traslada a Sevilla para estudiar en el colegio de Maese Rodrigo y en la Universidad de Osuna. Graduado en Artes y Humanidades y con el primer grado de las órdenes religiosas, en torno a los diecisiete años abandona los estudios y Sevilla para evitar las represalias de un marido celoso. Emprende actividades comerciales por España y Europa y recorre durante unos dos años el Mediterráneo como alguacil real en las galeras de Juan de Cardona, héroe de la batalla de Lepanto. Visita por entonces Tierra Santa. Vuelve a Sevilla y ocupa el cargo de proveedor de la armada en los preparativos de la guerra del rey Sebastián de Portugal contra África, en el año de 1578. Viaja después a Cartagena de Indias con el general Diego Maldonado y regresa muy pronto a España, en diciembre de 1579, tras sufrir un naufragio. Continúa su carrera militar al servicio del Marqués de Peñafiel, con el que parte a Flandes y otros lugares de Europa y finalmente a Lisboa. Interviene en la campaña de ocupación de esta ciudad por las tropas de Felipe II, en agosto de 1579. A finales de 1580 retorna a Cartagena de Indias. Permanece en América unos diez años. Sobresale como capitán en diversas campañas militares contra pueblos indígenas del Nuevo Reino de Granada. Funda las ciudades de Alta Gracia de Suma Paz y Santiago de los Caballeros y desempeña el cargo de visitador de Antioquia y Popayán. Ordenado sacerdote por Luis Zapata de Cárdenas, arzobispo de Santa Fe de Bogotá, muerto en 1590, ejerce como visitador eclesiástico y, luego, como cura en Pamplona (Colombia). Por orden del arcediano Francisco de Galavis, parte hacia España con los bienes del difunto obispo de Quito. Naufraga en Cuba, pierde los bienes y se aborta el viaje. Comercia con añil en México y Guatemala y consigue un galeón para regresar desde Acapulco a Quito. En el trayecto unas tormentas arrastran el galeón al interior del Pacífico, lo que supuso el comienzo de una azarosa vuelta al mundo que iba a durar unos tres años. Sin rumbo fijo, navega en compañía de su tripulación por las Marianas, Filipinas, China y Japón y en diciembre de 1590 se establece en los reinos de la Cochinchina y Champa, al sur de Vietnam, y logra convertir al cristianismo a sus habitantes y a la princesa heredera del trono. Desterrado de esas tierras en agosto de 1591, navega por las costas de la India y es arrestado por las autoridades de Ceilán y Goa por un breve tiempo. Llega a Ormuz, pasa cerca de Madagascar y cruza el Cabo de Buena Esperanza. En noviembre de 1592 desembarca en Pernambuco. Regresa a Quito por tierra desde Buenos Aires al no poder cruzar el Estrecho de Magallanes. Nombrado cura y beneficiado de Coca (Ecuador), pacifica, con gran éxito, a los indios quijos. Vuelve de nuevo a Quito con motivo de la rebelión de las alcabalas, en torno a 1593, y el obispo Fray Luis de Solís le entrega un curato en Pimampiro, cerca de Quito, como alivio de su penoso estado de salud. Allí permanece entre 1595 y 1603. En 1604, con cincuenta años de edad, aproximadamente, regresa a España y a Jaén. 


Es el fin de su agitada etapa de viajes por el mundo, que duró, desde su salida de Sevilla en edad adolescente, unos treinta años. En su retiro de Jaén se dedica a poner por escrito las vivencias de sus viajes por el mundo y, al cabo de diez años, en 1614, se publican en Madrid, con el patrocinio de la influyente familia de los Dávila y Toledo, sus dos primeras obras, los Cuarenta Triunfos y el Viaje del Mundo, de cuya autenticidad se dudó desde el primer momento por lo asombroso de su relato. En 1616 ve recompensada su labor por los servicios prestados con un canonicato en Astorga y, con el deseo de reemprender su actividad evangelizadora, es nombrado vicario general de la Cochinchina, Champa y Laos y chantre de Huamanga (Perú). Una larga enfermedad, de la que no se recuperará, le impide ocupar estos cargos y salir de España. Pierde su ojo derecho y queda medio tullido, por lo que encomienda a su amigo Jiménez Patón, importante humanista de la época, la redacción del libro que había proyectado sobre la historia de Jaén. A pesar de sus dolencias, publica en 1628 una breve monografía sobre la China, Cochinchina y Champa, Tratado de las relaciones verderas, reeditada en 1629 con otro título, Tratado de los reinos orientales. En 1634 se imprime en Baeza su última obra, en verso, Tres entremeses. Adquirió cierta celebridad como escritor en su época por su libro Viaje del Mundo (reeditado, tras su muerte, en 1691) y se publicaron cinco comedias inspiradas en sus andanzas como trotamundos, una de Francisco de Guadarrama, Famosa comedia de La nueva legisladora y Triunfo de la cruz (Jaén, 1628), dos de Alonso Remón, Primera y segunda parte de la famosa comedia del Español entre todas las naciones y Clérigo agradecido (Jaén, 1629), y dos continuaciones anónimas, en 1628 y 1634. Murió en Jaén, en 1634 ó 1635, a la edad aproximada de ochenta años. (R. Manchón)

FUENTE: humanismogienense.es

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