martes, 2 de febrero de 2016

EL ATAQUE ANGLO-PORTUGUÉS AL RIO DE LA PLATA



La gobernación del Río de la Plata, perteneciente al inmenso Virreinato del Perú, se hallaba al oeste del meridiano fijado por el tratado de Tordesillas y constituía el límite sur español con el Brasil portugués.

Las imprecisiones del tratado, y las técnicas de medición de la época, amparaban las ambiciones portuguesas que consideraban que el meridiano estaba más al oeste y que, por tanto, tenía sentido incluir toda la Banda Oriental dentro de su demarcación. Éste era un territorio situado al este del río Uruguay y al norte del Rio de la Plata, en la costa atlántica de Sudamérica. Abarcaba una zona que se corresponde con los actuales República Oriental del Paraguay y el estado brasileño de Rio Grande del Sur.

Aprovechando la debilidad de España en una zona donde carecía de población, el gobernador de la Capitanía de Río de Janeiro, el maestre de campo Manuel Lobo, preparó una expedición hacía el Rio de la Plata.

La flota se componía de dos navíos, dos bergantines y otras naves menores que transportaban 400 soldados con artillería para defenderse si la colonia era atacada por los indígenas, además de útiles de labranza, construcción, etc., propios para el establecimiento de una nueva colonia.

El 1º de Enero de 1678, llegaron a la desembocadura del mar de la Plata, 20 días después ocuparon la isla de San Gabriel en la cercanía de la colonia.

Entre los días 20 al 28 de enero, frente a la ciudad de Buenos Aires, a unos 50 Km de la misma, en la orilla norte del Rio de la Plata, fundó una plaza fortificada con el nombre de Nova Colonia do Santissimo Sacramento (Colonia del Sacramento), primer asentamiento europeo y la primera ciudad, y más antigua, de lo que hoy es Uruguay.

El gobernador de la Capitanía del Río de la Plata era José Garro. Este era un vasco nacido en Mondragón en 1623 con el nombre de Marcos José de Garro Senei de Artola, murió con 79 años en San Sebastián, en 1702, siendo gobernador y capitán general de las Vascongadas. Militar español, desempeño diversos cargos en la administración colonial: Gobernador de Tucumán, de Buenos Aires y de Chile.

Enrolado en el ejército español, participó en las campañas de Cataluña y Portugal, llegó a Maestre de campo de un tercio. Como consecuencias de un altercado con un General, solicito destino en las colonias, siendo nombrado gobernador de Tucumán.

En dos años como gobernador organizó tres expediciones punitivas en el Chaco. Fundó el fuerte El Pongo cerca de la ciudad de JuJuy.

Nombrado gobernador de Buenos Aires y enterado de la presencia de portugueses en la Colonia del Sacramento, envió un barco a la isla de San Gabriel que confirmó la presencia de la colonia.

Pidió apoyo al Virrey del Perú, su jefe, y logró formar un ejército de 480 soldados, al mando del maestre de campo Antonio de Vera y Mujica, militar criollo nacido en Santa Fe.

El superior de los jesuitas del río Uruguay reunió en la Reducción de Yapeyú 3.000 indígenas, de ellos 1.500 a caballo, y los envió a la Colonia del Sacramento.

En Agosto de 1680, las fuerzas españolas asaltaron la colonia, vencieron a los portugueses, Manuel Lobo fue hecho prisionero y trasladado a Buenos Aires donde murió. La plaza fue renombrada como Fuerte del Rosario.

Las protestas portuguesas dieron como resultado la firma del Tratado Provisional de Lisboa, Mayo de 1681, donde se dispuso la devolución de la Colonia a Portugal. Así el 12 de Febrero de 1693, el gobernador rioplatense José Herrera y Sotomayor, sucesor del gobernador Garro, procedió a hacer entrega de la Colonia al gobernador de Rio de Janeiro, el maestre de campo Francisco Naper. Fue la primera devolución de la Colonia a Portugal.

En Noviembre de 1704, el capitán Juan de Lacoizqueta e Hizu, nacido en Legasca de Navarra en 1653 y muerto a la edad de 75 años en Santa Fe de la Plata del Virreinato del Perú, militar y funcionario rioplatense, comandante del tercio de santafesinos, después de un sitio de cinco meses logró tomar la Colonia, lo que le valió el ascenso a maestre de campo.

La nueva ocupación española de la Colonia duró hasta 1715, año que tuvo que ser devuelta por segunda vez a los portugueses de acuerdo con el Tratado de Utrecht, procediendo el gobernador de Rio de la Plata, Alonso de Váldes Inclán, a ejecutar la citada devolución.

Bajo la soberanía portuguesa, la colonia se convirtió en un foco de contrabando portugués y británico hacia las posesiones españolas.

Siete años después el maestre de campo portugués, Manuel de Freytas Fonseca, fundó el Fuerte de Montevidéu. Rápidamente, Enero de 1724, el gobernador de Rio de la Plata, Bruno Mauricio de Zabala, organizó una expedición que obligó a los portugueses a abandonar el lugar. Después de fortificarlo a fin de poder controlar el contrabando y se empezó a repoblar la nueva ciudad con familias procedentes de Buenos Aires y de las Islas Canarias. Esta nueva ciudad se renombró como San Felipe y Santiago de Montevideo.

El tratado de Madrid de 1750 (Tratado de Permuta) acordaba que España se quedaba con la Colonia del Sacramento a cambio de ceder a Portugal las reducciones jesuíticas llamadas Misiones Orientales, situadas en el actual estado brasileño de Rio Grande del Sur, y que comprendían los siete pueblos de las Misiones.

Once años más tarde, con la llegada del nuevo Rey Carlos III, el Tratado de Permuta fue anulado y sustituido por el Tratado de El Pardo. De acuerdo a este nuevo tratado, Cevallos exigió al Virrey de Brasil la entrega de la Colonia y la isla de Martín García

Un año después, entraba de España en la Guerra de los Siete Años y España invadía Portugal.

Cevallos, ese mismo año, conquistaba, una vez más, la Colonia y Rio Grande.

Al termino de la Guerra, el Tratado de Paris de 1763, acordó que la Colonia fuera devuelta por tercera vez a los portugueses.

Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón nació en Cádiz en 1715 y murió a los 63 años en Córdoba, en 1778. Militar español, fue gobernador de Buenos Aires y su primer Virrey una vez establecido el nuevo Virreinato de la Plata en 1776. Ocuparía este puesto hasta un año antes de su muerte.

De ascendencia cántabra, su madre era extremeña, de Don Benito, Juana Cortés de Arévalo. Huérfano de padre y madre a los 9 años, fue criado por sus tíos maternos en Don Benito. A su muerte y a título póstumo, su hermana Antonia fue premiada con el titulo de Marquesa de la Colonia.

Participó en la conquista de Italia, desembarcó con el Infante Carlos, futuro Rey Carlos III, en Nápoles en 1733.

Ocho años después fue nombrado coronel. Tomó parte en la Guerra de Sucesión Austriaca. Los meritos contraídos en la toma de Niza, Montauban y en la conquista del Ducado de Parma le valieron su ascenso a brigadier.

Nombrado gobernador de Buenos Aires, se le ordena fijar los límites de la frontera con Brasil de acuerdo a lo indicado en el Tratado de Madrid.

Sustituido en su cargo de gobernador por Francisco de Paula Bucarelli, regresó a España donde fue sometido a un juicio de residencia del que salió muy bien parado.

En 1775, los portugueses atacaron y recuperaron la ciudad de Rio Grande que estaba en poder de España desde la guerra anterior cuando fue ocupada por Cevallos.

El Rey pidió a Cevallos un plan de respuesta a la agresión portuguesa. El plan comprendía un aparte en la Península y otra en Sudamérica. La parte de invasión de Portugal fue rechazada, pero no así la parte dedicada a las operaciones en Brasil.

Nombrado Virrey del nuevo Virreinato de La Plata, el Rey puso a su disposición una expedición para cumplir el plan que Cevallos había propuesto.

En Octubre de 1776, zarpó de Cádiz una poderosa flota con 6 navíos de guerra, 117 buques de transporte y casi 10.000 hombres al mando del Marqués de Casa Tilly. Cuatro meses más tarde ocuparon, sin combatir, la Isla de Santa Catalina. En Junio se rendía la Colonia, que ya no volvería a manos portuguesas hasta 1818 durante la invasión luso – brasileña de dos años antes, cuando formaba parte de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

Por el Tratado de San Ildefonso de Octubre de 1777, Portugal cedía definitivamente a España la Colonia y las Misiones Orientales, pero, a cambio, se reconocía la soberanía portuguesa sobre Rio Grande y Santa Catalina. La frontera se fijaba en el río Negro, quedando en poder de España el sur del actual Uruguay.

Vuelto a España, Cevallos murió en Diciembre del año 1778.
FUENTE: elcorreodepozuelo.com

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