lunes, 1 de febrero de 2016

LA HISTORIA DEL ALMIRANTE DE LA ARMADA, DIEGO BROCHERO

Batalla_de_cadiz_england_

Diego Brochero de la Paz y Anaya, marino español, almirante de la flota en las incursiones a Inglaterra y en la ayuda a los irlandeses, nació en Salamanca en 1535 y murió en Madrid, con más de 90 años, el 30 de julio de 1625.

Su vida fue muy dura navegando en las galeras de Malta. Su nave fue capturada por los turcos y él condenado al remar en una galera enemiga, lo que equivalía a una condena a muerte. Pocas personas sobrevivían a los 6 años bogando. Y si la nave se hundía en combate, había que contar con que la galera se hundía con todos los galeotes dentro.

Brochero tenía 35 años cuando fue capturado y remó durante más de cinco años antes de ser rescatado.

Con ganas de revancha, armó una galera a su costa y se dedicó al corso. Es decir, consiguió una patente de corso de la Orden de Malta y se dedicó a asaltar por su cuenta, y en su provecho, a las naves enemigas.

Incorporado a la Armada en las escuadras de Nápoles y Sicilia, siguió con su vida aventurera en el mar.

En Agosto de 1590 fue destinado, como almirante de la escuadra que transportó al Tercio de Juan Del Águila, en apoyo de los católicos franceses en las guerras de religión entre católicos franceses y protestantes de la misma nacionalidad, que apoyaban a Enrique II de Navarra.

El Tercio desembarcó en la Bretaña Francesa y la base de operaciones, tanto del Tercio como de la Armada, fue el puerto de Blavet.

Desde Blavet mando una flota, de cuatro galeras, que llevó a tres compañías de arcabuceros del Tercio de Juan Del Águila en una incursión de dos días a Inglaterra.

Un día después de zarpar de la Bahía de Mounts, de vuelta a Belvet, se encontraron con una flota holandesa de 46 barcos de la que consiguieron escapar después de hundirles un par de ellos.

Después del abandono de Bretaña, Brochero fue nombrado Almirante General de la Armada de la Mar Océano.

Aprovechando la debilidad de la Armada española como consecuencias de la derrota de la Invencible, la Reina Isabel I de Inglaterra organizó una flota, llamada La Contra Armada, con los siguientes objetivos: Acabar con los restos de la Armada Invencible cuyos buques estaban siendo reparados en las bases de La Coruña, Santander y San Sebastián; desembarcar en Lisboa para causar una insurrección contra España y adueñarse de las Islas Azores como base para atacar las flotas comerciales españolas.

La flota partió de Plymouth en abril de 1589 y consistía en 6 galeones reales ingleses, 60 buques mercantes, 60 urcas holandesas y unas 20 pinazas. En total, entre 170 y 200 naves, bastantes más naves de las que tuvo la Armada Invencible, con 27.667 hombres mandados por Drake.

La expedición fue un fracaso total, la flota tuvo más del 70 % de bajas entre los soldados y marineros. Se perdieron 12 navíos destruidos o capturados por los españoles, además de otros tantos hundidos en los temporales

La expedición de la Contra Armada está considerada como uno de los mayores desastres militares de Inglaterra, solo superado por la defensa de Cartagena de Indias por Blas de Lezo ocurrida un siglo más tarde y por la expedición de Francis Drake y John Hawkins a las Indias contra los asentamientos españoles en 1595, en la que murieron los dos piratas ingleses

El apoyo español a los rebeldes irlandeses y la conquista de Calais por los Tercios españoles, significaban una posible nueva amenaza de invasión de Inglaterra por los españoles, por lo que su Reina, Isabel I, ordeno atacar la flota española fondeada en Cádiz.

La flota atacante salió de Plymouth el 13 de junio de 1596, se componía de 17 naves inglesas y 20 holandesas y estaba mandada por Lord Effingham.

La flota atacó, saqueo e incendió Cádiz lo que constituyo una de las mayores humillaciones sufridas por Felipe II.

En el viaje de vuelta a Inglaterra, el almirante de una de las escuadras, Lord Charles Howard. quiso tomar Lisboa que estaba defendida con 18 bajeles al mando de Diego Brochero que, situados en la desembocadura del río Tajo, evitaron el desembarco.

Diego sugirió el envío de una armada a Inglaterra como represalia por los dos ataques ingleses: el de la Contra Armada y saqueo de Cádiz.

El proyecto se concreto en el envió de una expedición de apoyo a los rebeldes irlandeses levantados contra la Reina Isabel I.

En la flota de apoyo iba como capitán general Martín de Padilla y como almirante Diego Brochero.

La flota salió de La Coruña y tuvo que volver dispersa por un temporal en Finisterre.

Volvió a sufrir otro temporal en el mar de Irlanda que afectó seriamente a varios navíos entre los que estaba la nave almiranta de Diego Brochero.

La flota quedó dispersa y solo llegaron a desembarcar 400 hombres en Irlanda que, al ver que la armada no aparecía, reembarcaron y se volvieron.

A su llagada a La Coruña se comprobó que se habían perdido 12 buques.

En Septiembre de 1602 se organizó una nueva expedición de apoyo a los rebeldes irlandeses con una flota mandada, de nuevo, por Diego Brochero.

Esta expedición de 33 barcos con 4.432 hombres de los Tercios de Juan del Águila y de Francisco de Toledo, consiguió llegar al puerto de Kinsale como ya hemos relatado en otros capítulos de esta serie de Españoles Olvidados.

Brochero fue elegido por Felipe II miembro del Consejo de Guerra, para reformarlo, hacerlo mayor y más eficaz.

Como consejero, Brochero, se dedico a trabajar en la renovación de la Armada. Sus ideas, repetidas a lo largo de los siglos posteriores, consistían en una reforma de la estructura de la marina, la forma de construcción de naves y la adquisición de la técnica necesaria de los países punteros de la época.

Consideraba subvalorados a los marineros por lo que pedía elevar su consideración al nivel de los soldados. Creía que el armamento de los barcos no era adecuado y que, en la administración de la marina, la corrupción era endémica.

Redactó y puso en práctica las Ordenanzas para las Armadas del mar Océano y Flotas de Indias donde expresaba la necesidad de honrar y premiar a los marineros españoles.

En 1616 llevó en su galeón, Santa Ana Real, a la infanta España, Ana de Austria, en el cruce del río Bidasoa con motivo de su enlace con el Rey francés Luis XIII.

Su vida sirviendo a España bajo tres Reyes (Felipe II, Felipe III y, al final de ella, a Felipe IV) lo hizo siempre con valor y lealtad proporcionándoles sus mejores consejos para la mejora de las Armadas Reales.

Fue superintendente de las Armadas Reales, Gran Prior de Castilla, Bailío de Lora y embajador de la Orden de Malta
FUENTE: elcorreodepozuelo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario