sábado, 5 de marzo de 2016

PEDRO DE VILLASUR Y SU CONQUISTA AMERICANA



En los primeros años del siglo XVIII, a las dificultades propias de la defensa de las fronteras nortes del Virreinato de Nueva España se vino a unir las consecuencias de la Guerra de la Cuádruple Alianza en Europa.

Durante dos siglos los españoles habían estado luchando con los indios de la frontera, especialmente contra los apaches y los siux, en el área llamada la Apachería que comprendía los territorios de los actuales Estados de Arizona, Nuevo Méjico, Oklahoma y Texas.

Como ya hemos contado en esta serie, la defensa de la frontera se llevaba a cabo por medio de los presidios y los Dragones de Cuera.

Durante estos años llegaron noticias inquietantes al puesto de Taos (Estado de Nuevo Méjico), el más septentrional de los presidios españoles.

Las noticias avisaban de la presencia de otras dos potentes amenazas: los comanches que procedentes de las Montañas Rocosas se estaban desplazando al sureste y los comerciantes franceses que, procedentes de la Luisiana francesa, se habían introducido en las montañas y llanuras del noreste, habían contactado con los comanches y otras naciones indias proporcionándoles armas de fuego.

España jamás entregaba armas de fuego a los indios.

España reclamaba como suyas las Grandes Llanuras desde la Gran Expedición, 1540 a 1542, de Francisco Vázquez Coronado por todo el suroeste de los actuales Estados Unidos.

Al entrar en guerra, en 1719, y conocer la presencia de franceses en la zona atrayendo a los indios con regalos y armas de fuego, el Virrey Marqués de Valero, D. Baltasar de Zúñiga, ordenó al Gobernador Antonio Valverde y Cosío el establecimiento de un presidio en el asentamiento apache de El Cuartelejo, a orillas del rio Arkansas cerca de la actual ciudad de Scott City (Estado de Kansas), desde donde lanzar una ofensiva en busca de los asentamientos franceses entre los indios pawnee.

El Teniente General D. Pedro de Villasur fue designado para mandar la expedición que echaría a los franceses de las Grandes Llanuras.

Villasur llevaba unos años en Nuevo Méjico, era el segundo en el mando de la gobernación y no tenia gran experiencia militar.

La expedición partió de Santa Fe (Nuevo Méjico) el 16 de Junio de 1720 y estaba formada por 45 soldados (dragones de cuera), entre 60 y 70 indios pueblos como auxiliares y unos 12 guías apaches.

Los apaches habían sido atacados un año antes por los pawnee por lo que estaban deseando vengarse.

Con ellos iba un comerciante francés nacionalizado español, Jean L´Archevéque, que había participado en otras expediciones.

Como guía e intérprete llevaba a José Naranjo, zambo de padre negro y madre hopi, que había visitado varias veces la región del rio Platte donde se sabía que estaban los franceses.

También llevaban con ellos a un fraile dominico y a Francisco Sistaca, un pawnee que había sido esclavo de los españoles.

La ruta precisa seguida por Villasur es desconocida pero parece que siguió un rastro de caza y asalto utilizado por los pawnee en sus ataques a los apaches.

Tras recorrer unos 800 kilómetros a través de los estados de Colorado, Kansas y Nebraska, Villasur llegó, con sus escasas fuerzas, a territorio pawnee en algún lugar cerca de Grand Island.

Tras cruzar los ríos Lobo y Platte en su confluencia, entraron en contacto con los pawnee y los otoe en las proximidades de las ciudades actuales Linwood y Bellwood. En la cuenca del río Missuri.

Entabladas negociaciones por intermedio de Sistaca pero éste desapareció en la cercanía de la actual Schuyler el día 13 de Junio.

Como los indios eran muy numerosos y parecían hostiles, Villasur ordenó la retirada a la confluencia de los ríos Lobo y Platte, cerca de la actual Columbus (Nebraska), donde acamparon.

Los famosos Dragones de Cuera habían llegado al centro geográfico de los actuales Estados Unidos.

Al amanecer del día 14 de Agosto de 1720, la fuerza expedicionaria fue atacada, con fuego de mosquetes y flechas, por una gran masa de indios acompañados por soldados y comerciantes franceses.

La mayoría de los españoles y sus aliados estaban durmiendo en el momento del asalto. La hierba alta facilitó la aproximación de los enemigos sin ser oídos por los centinelas españoles.

El momento de la acometida había sido sugerido, posiblemente, por Sistaca que conocía las costumbres de los españoles.

El General Villasur resultó muerto en el primer ataque sin darle oportunidad de organizar la defensa.

Los soldados españoles, que todavía quedaban vivos, formaron un círculo que inmediatamente fue rodeado por los atacantes.

Los indios pueblos que estaban acampados algo más lejos, tuvieron menos bajas.

Los soldados que estaban de guardia y vigilando los caballos tuvieron ocasión de ensillarlos. Tres de ellos atacaron a los enemigos en una carga frontal, solo uno logro alcanzar el circulo de los españoles.

La batalla duró unos pocos minutos y murieron 35 soldados españoles y 11 indios pueblo. Entre los muertos de encontraban Villaseñor, el padre dominico, Naranjo y L´Archeveque.

Escaparon 7 soldados españoles, 45 indios pueblos y todos los apaches.

Uno de españoles superviviente estaba herido de 11 disparos y le habían arrebatado el cuero cabelludo.

Los supervivientes llegaron a Santa Fe el 6 de Septiembre.

Fue la expedición militar española que más al norte había viajado.

La derrota fue un desastre que marcó el fin temporal de la influencia española en Las Grandes Llanuras.

España recuperó esta influencia después del Tratado de Fontainebleau, en 1762, cuando se creó la gobernación de la Luisiana española

El cabo Felipe de Tamaz, componente de la expedición, escribió un diario cuya última anotación es del 10 de Agosto. Este diario, recogido por los franceses, fue descubierto y publicado en Francia en 1921.

Hay un cuadro de la batalla pintado por un pintor desconocido en las pieles de tres bisontes.

En la pintura se aprecian los soldados españoles defendiéndose en un círculo cerrado rodeado de indios y franceses.

Pueden distinguirse los soldados españoles por sus típicos sombreros negros protegidos por las monturas de sus caballos, a los franceses por sus típicos tricornios y al padre dominico, Juan Mínguez, administrando los sacramentos a los caídos. También se distingue Villasur por su casaca azul.

FUENTE: elcorreodepozuelo.com

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