domingo, 15 de mayo de 2016
TRES SIGLOS DE ORAN ESPAÑOLA
Orán es una ciudad de Argelia a orillas del mar Mediterráneo, separada de la península por el mar de Alborán y está, relativamente, cerca de Melilla.
Las primeras expediciones a Orán ocurrieron al poco de terminar la Reconquista con la rendición de Granada.
La política oficial de la época respondía a varias razones entre las que se encontraba el alejamiento de los enemigos de la nación y de la religión de las fronteras de España para impedir que el Norte de África volviera a ser plataforma de nuevas invasiones como la ocurrida 800 años antes.
La piratería, con bases y refugios en las costas sur del mar Mediterráneo, frenaba el desarrollo de las comunicaciones con los dominios españoles en el sur de Italia e islas orientales y asolaba periódicamente las costas sur del reino.
La mayoría de los barcos piratas tenían su puerto en Orán, uno de los más importantes de la región.
Si a lo anterior unimos el deseo real de extender la religión y la dominación cristiana sobre Berbería, se explican las sucesivas campañas de expansión del reino de España en el norte de África. Expansión que solo paró el descubrimiento de América.
A la muerte de la Reina Isabel, en 1504, su esposo Fernando encargó al Cardenal Cisneros proseguir con la conquista de las plazas africanas en cumplimiento con lo testado por la Reina.
En vida de la reina, Pedro de Estopiñan, al servicio del Duque de Medina Sidonia Juan Pérez de Guzmán, conquistó Melilla para su señor en 1497.
La primera conquista de la campaña del Cardenal fue Mazalquivir, puerto situado en las proximidades de Orán y que sirvió de base para la conquista, cuatro años más tarde, de esta ciudad. Para esta acción el cardenal conto con la ayuda del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, que tenía a su mando a otro famoso veterano de las campañas de Italia, Pedro Navarro.
Cuatro años más tarde se formo una expedición para la conquista de Orán sirviéndose como base de Mazalquivir situado a unos pocos kilómetros de la misma.
La flota expedicionaria estaba compuesta por unas 90 naves. Zarpó de los puertos de Málaga y Cartagena llevando unos 15.000 soldados del Tercio Viejo de Sicilia a las Órdenes del general en Jefe Pedro Navarro.
Entre otros soldados famosos que estuvieron en la jornada se cuentan a Sancho Martínez Leiva, Esteban de Villarroel y Juan Espinoza, todos soldados veteranos de las campañas de Italia del Gran Capitán.
La ciudad estaba bien fortificada contando con fuertes que dificultaban el acceso a la colina en la que se ubicaba.
El éxito de la empresa se debió al esfuerzo combinado de la flota anclada frente al puerto, que bombardeó las defensas, y del ataque fulminante de la infantería del tercio.
En la acción hubo 4.000 muertos y 8.000 prisioneros del enemigo, liberándose a 300 presos cristianos que estaban recluidos en las mazmorras de la ciudad.
La presencia de tropas españolas en la plaza fue siempre muy escasa y con grandes dificultades debido a la lejanía, el desplazamiento de la política y acción militar española hacia el centro de Europa, la pérdida de interés en África como consecuencias del descubrimiento de América y las grandes oportunidades que el nuevo continente ofrecía.
La plaza estuvo sometida a continuos asedios por parte de la población musulmana, respondiendo los españoles con continuas razias del entorno para procurarse alimentos frescos y esclavos.
Las primeras unidades de soldados musulmanes en el ejército español nacieron en Orán, los famosos Mogataces.
Moro Mogataz, o simplemente Mogataz, era el término con el que se designaba a los soldados indígenas que, sin renunciar a su religión musulmana, servían en el ejército de España en las plazas y presidios del Norte de África en las incursiones en el interior o en las galeras. Antecesores directos de las más modernas fuerzas indígenas africanas de las guerras del protectorado, las Fuerzas de Regulares Indígenas.
Durante los dos primeros siglos de dominio español, la situación se mantuvo sin variaciones, razias españolas, asedios periódicos de la población musulmana y penurias de los escasos defensores.
En 1702, el rey Hadj-Mustafá decidió aprovechar las circunstancias para romper la tregua firmada poco antes con los españoles e intentar acabar con la ocupación de la ciudad.
España se encontraba en guerra en el propio país y en Europa. La Guerra de Sucesión abarcaba todos los dominios continentales europeos de España y que era, también, una guerra civil en su propio territorio metropolitano.
Los escasos efectivos españoles no fueron un problema para las tropas argelinas que se hicieron con el control de la ciudad dos siglos después de su conquista por los españoles, en 1708.
Una vez acabada la Guerra de Sucesión con el Tratado de Utrecht y acabada la guerra civil con la toma de Barcelona, Felipe V decidió recuperar las plazas de Orán y Mazalquivir que se había convertido, de nuevo, en un centro de piratas y corsarios que volvían a interferir en el tráfico marino y arrasaban las costas españolas.
Veinticuatro años después, el primero de julio de 1732, un ejército español formado por 28.000 hombres a las órdenes del Conde de Montemar en conjunción con una gran armada reconquisto para España la ciudad de Orán.
La ciudad volvió a su historia de dos siglos antes y, durante 60 años más, siguió viviendo en precario con poca guarnición y resistiendo los repetidos ataques de los ejércitos turcos.
Entre el 8 y el 9 de octubre de 1790 un tremendo terremoto arrasó la ciudad dejándola completamente asolada con unas 3.000 víctimas.
A raíz del mismo, la ciudad quedo prácticamente abandonada y como el Rey Carlos IV no disponía de recursos para mantener ambas plazas, se iniciaron conversaciones para su cesión al Rey de Argel.
El 12 de septiembre de 1791, España entrego la plaza a los turcos. Así se acabaron los casi tres siglos de presencia española en Orán y Mazalquivir.
FUENTE:elcorreodepozuelo.com
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